En las sesiones sentía que mientras estaba quieto mi cuerpo tenía como pequeños movimientos internos en diferentes partes dependiendo del día. A veces esos movimientos que sentía no me provocaban sensaciones, sólo los notaba y otras veces me producían sensaciones diferentes como calor, frío, un dolor suave, aunque esto podía ser en una zona alejada al punto tratado. Todos estos movimientos terminaban generándome mucha calma. Podía sentirme también como cobijado o como un bebé en una cuna, incluso me podía llegar a dormir.

Me ha valido para conocer mejor las reacciones de mi cuerpo, observarlas y no asustarme con sus cambios. También hay zonas de mi cuerpo que creo que son muy emocionales donde me cuesta que me toquen como puede ser el pecho o el estómago que a su vez me suelen doler o molestar y poco a poco esas molestias fueron desapareciendo, eso me sorprendió mucho.

Me he dado cuenta de sensaciones que antes no me daba.Cuando salía de las sesiones notaba el cuerpo muy calmado como si pesase menos y su vez me generaba mucha paz en mi mente.

Con el terapeuta ha habido una relación muy estrecha e íntima sobre todo de confianza.

Alejandro Paredero

Descubrí la terapia craneosacral sin saber muy bien qué era, de la mano de Jorge. Todas y cada una de las sesiones, desde la primera a la última fueron únicas y espectaculares, llegando a un nivel de profundidad, relajación y silencio que perduraba más allá de la sesión. Me sentía ligera, casi ingrávida.

 Lo recomiendo 100%.

Rosa María Rodríguez

Me encantó la terapia con Jorge, al principio estaba un poco nerviosa, pero el trato humano y su contacto, su suavidad como persona me hacía sentir muy cómoda desde el principio.

Yo había empezado hacía tiempo la terapia por temas digestivos, de gastroenteritis, y he continuado porque realmente me ayuda a tranquilizarme, soy de temperamento nervioso. Las sesiones con Jorge no sólo me dejaron profundamente relajada, lo cual es muy difícil, lo más importante desde la primera sesión, fue una conexión con mi Ser, con el ser yo misma, esto se dió gracias al tacto y al diálogo terapéutico, unas pocas palabras orientándome hacia la percepción de mi cuerpo, el proceso de profundización y relajación y distribución de energía.

Hubo un día que me sugirió percibir mi propio ser, y me dí cuenta de que mi esencia, lo que soy, está dentro de mí, puede sonar peculiar, pero es fundamental, y desde entonces es algo que tengo presente a diario, con la vida que llevamos se nos puede olvidar con facilidad, me ocupan otras cosas.

La relación con Jorge ha sido inmejorable, es una persona encantadora, sensible, con una gran percepción y una delicadeza exquisita.

Alison Hughes